La semana recién pasada, se promulgo la nueva ley que rige al comercio ilegal. Esta, entrega más atribuciones para poder combatir este fenómeno que se ha instalado en todo Chile y del que el Valle de Aconcagua no esta exento
La iniciativa, busca regular al comercio ambulante para frenar la evasión de impuestos, proteger a los negocios establecidos formalmente y velar por los derechos del consumidor.
Además, se incluye nuevas tipificaciones de asociación ilícita, lo que ayudará a combatir al crimen organizado. A su vez, se entregan mayores atribuciones en el control e incautación a los municipios, policías y fiscalizadores.
En las calles no se puede caminar
Un vecino antiguo de la comuna de San Felipe, que circula constantemente por las calles del centro, nos comenta que; “Cerca de la navidad no se podía caminar, si esto era una verdadera tierra de nadie y anda a decirles algo” señala la fuente.
Efectivamente, cerca de la temporada navideña tanto en, Los Andes como San Felipe, es normal que se junte mucho comercio ambulante por la oportunidad. Sin embargo, comenta la misma fuente, en San Felipe fue mucho; “Antiguamente se ponían señoras o jóvenes para ganarse unos pesos que cobraban por envolver regalos o cosas así, incluso adorno navideños que ellos mismos confeccionaban, ahora son verdaderas distribuidoras, además, si bien en la época navideña esto se escapo de las manos en San Felipe, la situación se mantiene en descontrol todo el año”.
Realizamos un recorrido y pudimos observar que la mayoría de los productos que se comercializan al menos en las calles principales, ya sea Esmeralda en Los Andes y Prat en San Felipe, son productos que no provienen de ese tipo de artesanías, sino que de distribuidores y quienes están en las calles son sólo vendedores.
Fenómeno antiguo
Esto no es nada nuevo, nos comenta un asesor en seguridad que ha estado en diversos municipios de la capital, en Santiago Centro era común que existiera un comercio ambulante y que prácticamente sabíamos quienes eran, ya que surgieron como permisos provisorios, para poder ayudar a personas que estaban sin trabajo y por eso no generaban mayores ruidos. Sin embargo, cerca de la primera década del 2000 esto ya se empezó a transformar y se hablaba ya, de distribuidores, porque ya no estaba la “viejita”, sino que una serie de vendedores que si bien no lo podían reconocer públicamente, recibían una remuneración obviamente de corte ilegal por vender y así, se fueron armando estas verdaderas distribuidoras de productos, muchos de ellos de dudosa reputación.
Volviendo al plano local, el tema llegó para quedarse y no es fácil. Es recordado el episodio de un ambulante que se intentó incendiar hace un tiempo en la Municipalidad de Los Andes o las declaraciones del propio Alcalde subrogante de San Felipe, quien señaló que habría sido amenazado.
Fuentes de la policía, comentan en off, que es una situación muy compleja, ya que los procesos son lentos y además muchas veces la propia gente los defiende, entonces saben como operar cuando llegan las policías a detenerlos.
Con la nueva ley, al menos algunas cosas cambiaran, ya que esta permite el decomiso de productos por parte de las policías y de inspectores municipales, además comentan de fuentes del Gobierno que eso permitirá seguir el hilo del delito y que no paguen justos por pecadores.
El comercio tradicional molesto
Desde las agrupaciones del comercio tradicional, vienen planteando esto hace mucho rato, ya que lo ven como una competencia desleal, ya que ellos deben pegar impuestos, arriendos, someterse a fiscalización y compiten con productos que no tienen ninguno de esos costos y además no se sabe su procedencia.
En ese escenario, un comerciante del centro de San Felipe, que no quiso dar su nombre señala que; “El problema es que la gente también les compra, no tiene conciencia de la procedencia y del mal que le hacen al comercio local que es el que da trabajo y paga los impuestos, entonces si les siguen comprando esto no se va terminar nunca remata el vendedor”.
Es ese mismo escenario, nos comenta que cerca de la navidad acá se vieron verdaderas batallas campales en las calles; “Yo no lo podía creer con cuchillos y hasta estoques, era tierra de nadie y uno si se metía corría peligro. Dios quiera que con esta nueva ley ayude en algo y las policías hagan su trabajo, aunque muchas veces no dan abasto”.
Desde el Gobierno, comentan que esto es un problema que de a poco se debe ir abordando, ya que se debe seguir el hilo, como se dice encontrar al pez grande, a quien distribuye y poder dar con el origen de este comercio ilegal.
Lo mismo, siente una tradicional señora que vende en Los Andes con su permiso al día y que vende paños que ella misma confecciona; “Nos meten a veces en el mismo saco y la mayoría de quienes vendemos nuestras cosas de acá solo trabajamos, esperemos que esta ley ayude”.
Fotos el Aconcagua