¿Se puede exigir al otro lo que uno no cumple? Declaración pública de los Trabajadores de Educación de Los Andes

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El Colegio de Profesores con su coordinación provincial que reúne a sus asociados de las comunas de Los Andes, San Esteban, Calle Larga y el comunal Rinconada en formación, la Asociación de Asistentes de la Educación de Los Andes y la Asociación de Funcionarias de los Jardines Infantiles Vía Transferencia de Fondos (VTF), manifiestan por medio de la presente declaración, su apoyo a los estudiantes del Liceo Maximiliano Salas Marchán frente a sus justas demandas y, como un aporte a la solución de este problema, exponen una reflexión pedagógica y social que esperamos pueda ser evaluada en su mérito por los estudiantes, apoderados, docentes, asistentes de la educación, autoridades y comunidad en general.

Los estudiantes han dado a conocer las deficiencias en infraestructura de su establecimiento y nosotros, trabajadores de la educación que conocemos esa realidad, la reafirmamos y señalamos que este problema es generalizado en los establecimientos públicos: deficiencias en lugares y equipamiento (mobiliario, hornos microondas, ausencia de equipos de refrigeración); servicios higiénicos deteriorados e insuficientes en algunos casos; patios y espacios deportivos expuestos a los calores y fríos extremos y con poca implementación deportiva; salas de clases y otros espacios sin conectividad o con cobertura mínima e insuficiente, falta de proyectores o equipos en mal estado, equipos de aire acondicionado que no funcionan por insuficiencia de la red eléctrica, falta de controles remotos para su uso, ventanas y puertas con deficiencias que impiden la adecuada climatización y un largo etcétera que se ha pretendido invisibilizar frente al llamado “retorno a la normalidad” del sistema educacional. Todo esto se observa también en el ámbito de las salas-cuna y jardines infantiles, en donde el sistema trata a los bebés y niños de la primera infancia como a la generalidad de las escuelas y liceos, manteniéndolos en jornada completa, pasando a llevar el derecho fundamental de estos niños/as a estar y crecer con sus padres, en algunos casos informados con riesgo para la salud de los menores.

Como formadores, preocupados de que nuestros estudiantes obtengan los mayores y más dignos niveles de aprendizajes y una adecuada calidad de vida, no podemos seguir normalizando situaciones tan delicadas y esenciales como la adecuada nutrición de los niños y jóvenes, puesto que, para un número importante de estudiantes del sistema público, la alimentación que se brinde o no por parte del organismo encargado constituye sino la única, por lo menos la más importante fuente de alimento que reciben (o no) de lunes a viernes.

Manifestamos también nuestra preocupación por las situaciones de violencia física y psicológica que se están produciendo entre niños jóvenes y adultos de establecimientos educacionales públicos y privados, que no es otra cosa que un reflejo de la violencia social que impera en la sociedad. Pensamos que una adecuada salud mental debe ser cautelada, impulsada y provista por los mismos responsables del sistema escolar y ciudadano. ¿Cómo se puede exigir aprendizajes y procesos administrativos y “normales” en estas condiciones?

Por ello, hemos presentado a las diversas autoridades, locales, provinciales, regionales y nacionales lo que consideramos una propuesta responsable y basada en criterios profesionales pedagógicos y psicológicos: reducir en minutos cada hora de la implementación de la jornada escolar completa mientras no se tengan los elementos mínimos para abordarla con seguridad y responsabilidad, encontrando hasta ahora una posición inflexible, para nosotros lejana a la lógica y a la realidad, basada más en la letra que en el espíritu de la ley, puesto que una “recuperación de aprendizajes” no se puede obtener exclusivamente con más horas de permanencia en los establecimientos, asimilando erróneamente el criterio de que la jornada escolar para niños y jóvenes debe ser igual a la jornada laboral de los adultos y que escuelas y liceos son guarderías infantiles y juveniles, aunque ya no sean espacios totalmente seguros. Lo decimos clara y profesionalmente: los aprendizajes no se obtienen con mayor cantidad de horas en una escuela o liceo, sino por las condiciones para que sean significativos.

Insistimos en nuestro llamado a las autoridades y a las familias a revisar este grave problema y a pronunciarse al respecto. Ya basta de normalizar situaciones que no son ni adecuadas ni favorecedoras de una mejor calidad de vida, la misma que las autoridades deben cautelar para los ciudadanos y los padres y madres, para sus hijos y todos los niños y jóvenes.

Como miembros de la comunidad educativa, preguntamos: ¿cómo se puede estar exigiendo el cumplimiento de un horario extendido cuando ni siquiera las condiciones viales son las adecuadas para un arribo fluido y temprano a las escuelas? ¿Cómo se puede estar exigiendo el uso de plataformas y libros digitales cuando la conectividad de internet es deficiente o nula y muchas veces debe ser provista por los mismos trabajadores? ¿Cómo se pretende que los estudiantes tengan una vida saludable, que disminuyan los niveles de violencia y salud mental deteriorada si no se entregan los apoyos profesionales, insumos y condiciones mínimas para ello? ¿Cómo poder cumplir con el fin y objetivo formativo si no se cuenta con los medios básicos  y elementales para ello?

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar la infundada sospecha que algunas autoridades y directivos han manifestado sobre algunos docentes, lo que, junto con un menoscabo a la capacidad de análisis y organizativa estudiantil, resulta falso, inaceptable y obstaculizador para encontrar una solución al problema, que es lo que todos pretendemos. Por tal motivo, reafirmamos el estado de alerta en que se declaró el Colegio de Profesores y exigimos las explicaciones y disculpas pertinentes.

Insistiendo en que los profesores, los asistentes de educación y funcionarias de los jardines infantiles VTF estamos preocupados y siempre abiertos al diálogo constructivo y al trabajo colaborativo, emplazamos a las autoridades educacionales y políticas, como también a los legisladores y a los padres y madres, a realizar un mayor, acelerado y urgente esfuerzo para mejorar sustantivamente las condiciones señaladas y otras en que se desenvuelve la educación pública -en vías de traspaso a los servicios locales de educación que aumentarán más los efectos negativos y no significan la solución a los problemas estructurales de la educación-, como única vía de lograr la normalidad que se merecen nuestros niños y jóvenes estudiantes y los trabajadores de la educación, pues no se puede exigir a los demás lo que la autoridad no ha sido capaz de otorgar como base para un mínimo nivel de bienestar y calidad educativa.

Atentos y unidos, disponiendo siempre nuestros mejores esfuerzos por solucionar los problemas.

Coordinación Provincial del Colegio de Profesores de Los Andes: Comunal Los Andes, Comunal San Esteban, Comunal Calle Larga, Comunal Rinconada en formación.

Mesa de Trabajadores de la Educación de Los Andes: Colegio de Profesores, Asociación de Asistentes de Educación, Asociación de Funcionarias Jardines Infantiles VTF.

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