¿Sabía usted que una de las primeras ciudades coloniales fundadas durante el siglo XVIII fue San Felipe el Real, el 4 de agosto de 1740? A raíz de esto, se dieron origen a la creación de pequeñas aldeas y pueblos en el Chile colonial. Uno de los vestigios que perduran de este período en San Felipe es la Casa Mardones, ubicada en el sector norte de la Avenida Yungay. Esta construcción data de finales del siglo XVIII.
La casona original estaba compuesta por tres cuerpos de un piso y una crujía, que rodeaban un patio central abierto, formando una estructura en forma de U. El ala norte estaba destinada a bodegas, siguiendo la tradición de este tipo de casas rurales. En torno a un patio central, existían corredores porticados a los que se accedía a través del zaguán, con techos de tejas coloniales y una estructura de adobe.
Es importante destacar que en sus inicios, la casa se encontraba en las afueras de la ciudad de San Felipe, siendo una propiedad agrícola. Fue adquirida en 1830 por la familia Mardones, desde entonces conocida como Chacra Mardones. Posteriormente, José Elorza Uriona, uno de los propietarios subsiguientes y miembro de una familia reconocida, realizó una serie de modificaciones en el lugar. Principalmente, realizó reparaciones y mejoras ornamentales en la propiedad. Incorporó valiosos artesonados de madera de algarrobo tallados por el artesano local Juan Beas en dos de las salas principales. Además, en el Gran Salón, instaló una viga del siglo XVIII finamente trabajada que había pertenecido al convento de Curimón.
En 1988, este edificio fue declarado Monumento Nacional bajo la categoría de Monumento Histórico. En la actualidad, es propiedad del Club San Felipe, una entidad que lo mantiene en buenas condiciones. Además, en el lugar funciona un bar restaurante llamado «Patio 21».