Al encontrarse en la comuna de Putaendo, es imposible pasar por alto su vibrante colorido y su rico patrimonio. Este lugar encapsula la historia en cada rincón, convirtiéndose en un destino que verdaderamente vale la pena visitar.
Es relevante destacar que la ocupación original de la región de Putaendo se remonta al final del siglo XV y comienzos del siglo XVI, coincidiendo con la presencia incaica y el establecimiento del Camino Inca. Los habitantes de la zona reconocieron este camino como el eje fundacional y lo emplearon como punto de referencia, dando origen a lo que hoy es conocido como la calle Comercio. A finales del siglo XVIII, el poblado consolidó su trama urbana original y obtuvo el título de Villa, seguido más tarde por el de Ciudad.
La singularidad de este lugar radica en su trama urbana original, caracterizada por una disposición en forma de calle larga, que surge de la intersección entre la calle Larga propiamente dicha y un esquema de manzanas irregulares, conservando hasta hoy su morfología lineal. El patrón arquitectónico que define a la actual calle Comercio se erige como un ejemplo de arquitectura doméstica, presentando elementos como el adobe de los siglos XVIII y XIX, adornado con detalles en madera, pilastras, cornisas y pilares en las esquinas.
Hacia el extremo norte de esta vía, se encuentra la Plaza de Armas, flanqueada por diversos edificios públicos, entre los que destaca la iglesia datada en 1862. A su lado se encuentra el Pimiento Centenario, en cuya leyenda se afirma que San Martín habría atado su caballo cuando cruzó Putaendo con su ejército libertador. Otro punto de interés relevante es la casa donde nació el patriota José Antonio Salinas, la cual fue declarada Monumento Histórico en 1972.