Mauricio Mura Pineda falleció a los 28 años; quizá para cualquier persona sea muy joven, y sin duda lo es. Sin embargo, Mauro, como lo llamaban sus amigos, o Mauricio, de manera más formal, como lo nombraban en el honorable concejo municipal de Los Andes, donde llegó con la segunda mayoría de los votos, transformándose en el concejal más joven de Chile, dejó un gran legado.
Mauro, antes que cualquier cosa, fue un gran ser humano, una buena persona con un espíritu social que pocas veces se ve. Nos unió el entusiasmo por hacer cosas; yo desde el periodismo y los medios de comunicación, él por la literatura y las ganas de incentivar a más personas a que tuvieran la posibilidad de escribir, como lo hizo él.
Es así como me gustaría destacar el concurso de cuentos que realizamos, del cual fue el principal impulsor, y que fue todo un éxito, llegando a cientos de participantes a través de la plataforma de la Revista Al Día, que me tocaba dirigir en esos momentos. Tras ello, vinieron sus publicaciones y se convirtió en un compañero a la hora de sacar adelante la Editorial Sofia, donde fue el editor de la mayoría de los libros. No solo se preocupaba de los suyos, sino que también daba forma a lo de otros autores, con el objetivo de que esos libros vieran la luz.
En todo este tiempo, tuve la posibilidad de discutir siempre con altura de miras acerca de la política; yo, de la UDI, él del PC, ambos respetuosos de sus ideas. Lo más importante es que Mauro nunca menospreció el pensamiento de otros, por más opuesto que fuera. Entendía muy bien que cada uno buscaba una mejor sociedad con diferentes visiones y que, trabajando juntos, se podían lograr más cosas.
Me alegré de corazón cuando logró ser concejal con una gran votación en la comuna de Los Andes, quebrando todos los pronósticos electorales, porque estaba seguro de que sería un verdadero aporte, y obviamente no me equivoqué. En su corta vida, Mauro fue profesor y enseñó, fue escritor de cuatro novelas y ganó los premios más importantes, fue concejal y aportó a su comuna. Una vida corta en lo cronológico, pero larga en realizaciones.
Descansa en paz. Estoy seguro de que Dios te concederá no estar a su derecha, sino a su izquierda, donde te gustaba más. En Al Día, estarás siempre conservando tu puesto de Editor Cultural, y sin duda, se sentirá vacía la silla en nuestro comité editorial. Mauro, fue un honor haber compartido contigo estos años.
Felipe Rodríguez Gómez
Director Diario Al Día