Chile sin Inteligencia

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Por Felipe Caro López

Analista Político Internacional

Investigador John Glenn College of Public Affairs

The Ohio State University

Han pasado más de cuarenta y ocho horas desde el secuestro del ex teniente Ronald Ojeda, desertor y opositor venezolano, quien fue raptado de manera cinematográfica desde su departamento en la comuna de Independencia. La noticia ha sido cubierta muy cuidadosamente, ya que sus consecuencias internacionales pueden llegar a ser inesperadas. Para nadie es un misterio que el régimen de Nicolas Maduro es una dictadura, el ex presidente de Uruguay Pepe Mujica ha marcado, claramente, el camino en ese sentido a la social democracia de Latinoamérica. Lo que no estaba en los planes de nadie, o más bien dicho, de nuestra clase política, era como funcionan este tipo de regímenes en materia de persecución real a sus opositores.

No sería la primera vez que el Gobierno de Maduro secuestra a un exmilitar desertor, esto ya lo realizó en contra del también ex teniente Franklin Caldera, quien fue secuestrado desde la ciudad de Cúcuta en Colombia. A nivel internacional esto no es nuevo, regímenes dictatoriales como es el caso de Corea del Norte en donde Kim Jong-nam, medio hermano del dictador norcoreano Kim Jong-un, el cual fue atacado y asesinado usando agujas envenenadas en el aeropuerto de Kuala Lumpur en Malasia el año 2017.En suelo europeo, aun pesa en el servicio de inteligencia británico el asesinado por envenenamiento del exespía y opositor Alexander Litvinenko el año 2006. En dicho caso, diez años después, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) consideró a Rusia «responsable» de dicho asesinato.

Estos ejemplos nos plantean una realidad a la cual, nuevamente, no estamos acostumbrados ni preparados. No hace mucho tiempo, medios nacionales daban cuenta de un cuartel de policía chino, instalado de manera ilegal en Viña del Mar para generar control en contra de los residentes chinos en nuestro país. Dicho cuartel mudo su locación, pero es una realidad que sigue funcionando en la actualidad. Informes de inteligencia del Ejército de Chile, según los últimos trascendidos de prensa, daban alerta no solo del actuar de grupos militares venezolanos en nuestro territorio, sino del accionar de inteligencia iraní y más aún se ha denunciado que la organización terrorista Hezbolá ha llegado a Chile según expertos de la ANEPE.

Pero, para el Gobierno es sumamente difícil quebrar el vínculo con la dictadura de Maduro por el apoyo que tiene entre militantes y dirigentes en varios partidos del oficialismo, los cuales siguen enamorados de un proyecto bolivariano que ya derivo en una dictadura que difícilmente saldrá del poder. El presidente Boric guardo un cómodo silencio ante la anexión venezolana del territorio del Esequibo desde Guyana, que obligo a la movilización del barco de guerra HMS Trent por parte de Inglaterra, debido a que Guyana es parte de la Mancomunidad Británica. La dictadura de Maduro, en el marco de un proceso de negociación con la oposición, hace un ejercicio de fuerza ante la comunidad internacional muy exitoso, si es que este secuestro es finalmente atribuido a las acciones directas o indirectas del Gobierno de Venezuela en Chile. Y es esto último lo que genera una gran preocupación. Chile no puede proteger a los refugiados políticos en sus propias fronteras, no posee poder de anticipación, no posee poder de persecución, no posee poder policial y militar para impedir que un país extranjero y sus fuerzas de inteligencia actúen en territorio nacional.

De hecho, nunca se había pensado que esto era necesario y por tanto la preparación para ella ha sido mínima desde una perspectiva política y operativa. Primero, la llegada de la organización criminal el “Tren de Aragua”, la internacionalización del puerto de San Antonio como punto de salida de la droga a nivel latinoamericano, el crecimiento exponencial del sicariato y el secuestro extorsivo eran señales inequívocas que pronto se escalaria a algo mayor. Por primera vez en muchos años estamos a merced de las estrategias y amenazas derivadas de un Gobierno extranjero.  El Ex jefe del Estado Mayor del Ejército John Griffiths es directo al decirnos que en Chile no existe un sistema de inteligencia. Sin inteligencia, quien sabe que nos espera.

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