A mis 18 años tuve mi primer trabajo formal, es una administradora de fondos de pensiones en la ciudad de San Felipe. Durante tres meses y antes de emigrar al sur donde estudiaría, me dediqué a reunir dinero para solventar algunos gastos.
Mi inexperiencia en el mundo laboral y en la vida misma, no me permitió reaccionar como hoy si puedo hacerlo, ante innumerables tratos de acoso de la cual yo y varias de mis compañeras fuimos objeto, en contextos sexuales y laborales. Cuando, hombres en rangos de jefaturas y hasta nuestros propios compañeros, hacían comentarios sobre nuestra vestimenta, aspecto y hasta con insinuaciones grotescas nos marcaban la diferencia de género, solo por ser mujeres.
Por bajas ventas, el reto del jefe estaba acompañado de un ”no estás usando tus atributos femeninos para convencer”. Y si cumples con las metas, el comentario entre pares era: “quizás en qué velador consigue las firmas”.
Eso fue 1995, siglo XX. Donde el acoso sexual y laboral en el trabajo era absolutamente normalizado. Y decir algo al respecto, motivo de discriminación y hasta del despido. Históricamente el maltrato laboral fue invisibilizado.
Pero hoy es 2024. Han pasado casi 30 años. Y como mujer y profesional de la salud mental, me siento tremendamente agradecida de los avances que hemos conseguido como país, por los cuales seguiremos luchando como sociedad.
Lamentablemente perdimos a una de las nuestras, Karin, Tens de Ñuble, terminó su vida debido al hostigamiento severo que la conducen a un final que, nunca más como sociedad, nos debiéramos permitir.
¡Por ti Karin! Y por tantas como tú, que no fueron escuchadas.
Desde este 1 de agosto, la Ley Karin N°21.643 nos da luces de un cambio en la cultura organizacional del mundo del trabajo. Hoy, después de tantas Karin, de tantas personas violentadas, humilladas, maltratadas, que han sufrido el desgaste de su salud mental con estrés severo y colapsos llegando a estados depresivos de gravedad. Hoy, Chile tiene una nueva ley que protege por fin, al que es excluido y aislado. Al que siempre debió ser respetado en sus trabajos.
Esto no termina con la promulgación y entrada en vigencia de una Ley. Hoy, esto comienza. Marquemos la era del respeto y la sana convivencia. La era en que SÍ nos importa la salud mental de todos, en todos los ámbitos de la vida.
Tenemos mucho más que conversar, mucho que escuchar, mucho que contar de pasados maltratantes, y de maltratos actuales ¡que se terminen! Mucho más que cambiar.
Sigamos hablando en cada mesa de esta nación, en cada familia, en cada reunión de amigos, en cada junta del trabajo, en cada espacio social, con nuestros pares, colegas, amigos, parejas. Sigamos hablando con nuestros hijos. Con nosotros mismos.
Hablemos de la Ley Karin.
Psicóloga Lorena Chamorro Cabrera
Licenciada en Psicología UAC
Directora de “Ahora y Terapias”
Coach en Comunicación y Liderazgo
Instructora de Mindfulness y Gestión Emocional
Psicóloga Clínica de Adultos y Parejas
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