A nadie le gusta la guerra, pero, a lo largo de la historia, el ser humano ha vivido más momentos de guerra que de paz. Tal vez, por estar tan lejos de los hechos relevantes que ocurren en el mundo, nos cueste ver esta realidad, pero es una dura y triste verdad.
Como no soy profesor de historia, no me voy a detener en las causas que llevaron a Estados Unidos a atacar las bases nucleares de Irán, ni tampoco en el escenario que se vislumbra respecto a un conflicto que probablemente se avecina a nivel mundial y que, por cierto, afectará al orbe.
En esta ocasión, quiero enfocarme en cómo informarse de manera seria sobre los hechos que irán reconfigurando, día a día, el mapa de este conflicto.
En primer lugar —y lo más importante— es informarse a través de diferentes medios de comunicación formales y no caer en la dinámica de las redes sociales. Esto, porque el algoritmo tenderá a llevarte por el camino de tus propias preferencias, o bien por el que pretende influenciar tu dinámica de búsqueda.
En segundo lugar, y no menos relevante, es recomendable consultar más de un medio de comunicación, idealmente escritos. Esto permite que, por ejemplo, un reportaje o análisis cuente con más de una fuente, es decir, con distintas opiniones. Por ejemplo, podrías informarte a través de El Mercurio y La Tercera, pero nunca limitarte a uno solo.
En tercer lugar, al tratarse de un conflicto armado, es fundamental tomar como referencia medios de comunicación internacionales. Hoy, la mayoría cuenta con versiones en español, lo que facilita su consulta y permite tener una visión más amplia del conflicto.
Por ejemplo, si tomas como referencia a CNN, puedes complementar con El País de España, y así tendrás dos miradas distintas de una misma situación.
Si, aun después de estos consejos, eres fanático de las redes sociales, también puedes informarte por esa vía, pero de manera responsable: accede directamente a las fuentes y extrae tus propias conclusiones, comprendiendo que, naturalmente, son visiones interesadas. Hoy es posible acudir a comunicados oficiales, cuentas institucionales y coberturas en tiempo real.
Con estos pequeños tips, podrás hacerte una mejor idea de cómo evolucionan los procesos noticiosos y cómo construir una opinión más informada, especialmente en tiempos en que la desinformación también se vuelve parte del conflicto.
