En los tiempos de la Independencia, Villa nueva era la ciudad de Los Andes y Villa vieja la de San Felipe , así lo relata Benjamín Vicuña Mackenna. Luego de muchos años de historia ambas comunas cumple año.
Posteriormente, con esfuerzo e iniciativa de los gobiernos republicanos, comenzó el proceso de difundir la educación y la cultura chilenas, y, en ese contexto, tempranamente se fundó en San Felipe, un Liceo provincial para Aconcagua.
Fue un acto administrativo abierto al futuro, sin perjuicio de que sus programas de estudio, copias del Instituto Nacional, sus primeros rectores, sus docentes, sus alumnos tuvieron, calidades académicas solo de testimonio. Sin embargo, en 1853, acertadamente, en el Gobierno de don Manuel Montt, se designó, como Rector del Liceo de San Felipe, a don Jerónimo Arce profesional de lujo, humanista probado en crisis de la época y que dirigió el colegio hasta su muerte en 1879. Ya antes de ascender a ese cargo, se había destacado como docente de Matemáticas y es bueno recalcar que en su período, todos los cursos y profesores de humanidades del Liceo, fueron cubiertos adecuadamente, de forma que el establecimiento fue reconocido en el nivel universitario.
Tanto es así, que en aquellos tiempos, fueron alumnos del Liceo de San Felipe, don Roberto Humeres Oyaneder igual que don Maximiliano Salas Marchan, el primero médico y el segundo docente de Castellano y ambos egresados de la Universidad de Chile. El primero rector del Liceo de San Felipe y el segundo rector del Liceo de Los Andes. Quiero destacar que los dos fueron en sus comienzos, docentes del Liceo de San Felipe y en tal virtud, por ejemplo, maestros de don Pedro Aguirre Cerda: la sólida formación recibida por este último, tanto como Profesor de Castellano como de Abogado, a su vez le permitió destacar y apoyar siempre y hasta su muerte a Gabriela Mistral y es sabido que en Pocuro y Los Andes practicaban la amistad y la cultura literaria, don Maximiliano Salas Marchan, don Pedro Aguirre Cerda y Gabriela Mistral y quiero indicar que seguramente los jueces que la designaron Premio Nobel de Literatura tienen que haber leído Los Sonetos de la Muerte, que la divina Gabriela escribió en Los Andes durante su estadía en esa ciudad, como profesora de Literatura de su Liceo de Niñas.-
Téngase presente, que con motivo de los aniversarios de Los Andes y San Felipe, estos hechos demuestran que ambas ciudades se han complementado perfectamente en la historia con mayúscula y este proceso debería continuar en el futuro.-
Texto de carta dirigida a Maximilano Salas Marchan por Gabriela Mistral, con fecha 21 de Julio de 1920.