Con motivo del Día Internacional de la Mujer, CEPAD se hace un deber compartir con la comunidad de Los Andes algunos antecedentes de una andina del siglo XX: Laura Rodig Pizarro, escultora, docente, feminista, entre otros aspectos, una de las grandes figuras invisibilizadas durante mucho tiempo. Pensamos que esta conmemoración del Día de las mujeres y sus luchas por la igualdad de trato y de derechos es ocasión propicia para reivindicar su vida y legado artístico y emancipador en nuestra ciudad y todo el país.
La vida de la escultora Laura Rodig Pizarro, presenta rasgos casi novelescos; nacida en Los Andes registra –curiosamente- dos partidas de nacimiento, una fechada en junio de 1901 y, la segunda en 1896 según la investigación de una docente de la Universidad de Arizona.
Su madre, Tránsito Pizarro, de oficio modista, después de concebirla se casó con el farmacéutico Alejandro Rodig, el cual reconoce a Laura como su propia hija; huérfana de madre a muy temprana edad, en un pequeño texto de su autoría, titulado “Regresamos a Chile” confiesa haber tenido el primer encuentro con Gabriela Mistral hacia el año 1915, esta última la protegió y la convirtió en su secretaria y amiga. Si recordamos que Gabriela Mistral vivió en Los Andes entre 1912 y 1918, y el último período de esos años en el barrio Coquimbito, no es aventurado concluir que la mistad entre la poetisa y la adolescente Laura se desarrolló de preferencia en nuestra ciudad dado que el deceso de la madre de Laura se produjo en el año 1916.
La que sería escultora de fama nacional ingresa siendo adolescente a estudiar Bellas Artes, destacándose por sus innegables condiciones lo que le lleva a obtener –tempranamente- la segunda medalla en el Salón Oficial de Escultura; cuando Gabriela Mistral es nombrada Directora del Liceo de Punta Arenas la acompañan algunas docentes y entre ellas, Laura Rodig, que se desempeñará como profesora de dibujo en ese establecimiento.
La obra de Laura Rodig, independientemente de su labor de pedagoga, abarcó el diseño, el afiche, el ensayo, incursionó en ilustraciones infantiles y en musicología; sus esculturas más conocidas -con mucha influencia de los muralistas mexicanos- homenajean a Víctor Domingo Silva, a Manuel Magallanes Moure, a Gabriela Mistral. Laura es reconocida en 1924 en la Exposición de Madrid por su escultura “India mexicana”. Recibió innumerables otros reconocimientos, en Buenos Aires, México, España y curiosamente una distinción hacia 1939 en la vecina ciudad de San Felipe, al respecto cabe expresar que el profesor y escritor Luis Rojas Jelvez en su libro acerca de Gabriela Mistral en Los Andes y refiriéndose a Laura Rodig expresa, “si hay una deuda que la ciudad tiene es con la destacada escultora Laura Rodig”, ahondando asimismo en una semblanza de la escultora y su íntima amistad con Gabriela Mistral.
Laura Rodig junto Elena Caffarena y Marta Vergara, fueron las creadoras e impulsoras de un movimiento feminista nacional que incluso las llevó a enfrentarse con los varones del Frente Popular de la época, denunciando por parte de esos un verdadero acoso de género, tal hecho está documentado en uno de los números de los Anales de La Historia del Arte. De pensamiento profundamente indigenista constituyó una especie de vanguardia de la época en cuanto su pensamiento e ideas de género y de carácter étnico.
Cuando Gabriela falleció en enero de 1957, Laura no trepidó en enviar sus condolencias a Doris Dana, escribiéndole que ambas amaban a una misma mujer. En 1965 junto con Doris Dana -quien fuera la última secretaria de Gabriela Mistral- Laura Rodig hace entrega a la Biblioteca Nacional de Chile de parte del legado que constituye el patrimonio cultural de Gabriela Mistral.
La escultora ha tenido hasta ahora un escaso o nulo reconocimiento de Los Andes, su ciudad natal. Una figura destacada como ella constituye parte del patrimonio de toda la andinidad, aun siendo difícil en un país como el nuestro, reconocer los méritos, competencias y la transcendencia de figuras destacadas, lamentablemente se tiende a considerar solamente a quien tiene ideas, doctrinas o pensamientos similares a una fracción, a un partido o a un bando, sin embargo, existen figuras –como la que hemos mencionado- que son patrimonio de toda la ciudad y sus habitantes, quizás ha influido en el desconocimiento de Laura Rodig y su invisibilidad, sus ideas feministas u otras que al decir de Gabriela, le estaban vedados expresar opinión o ideas en algunos temas, indicando que “eran mascar piedras con encías de mujer”.
En el Día Internacional de la Mujer, vaya en la figura de Laura Rodig, nuestro sentido reconocimiento a las mujeres andinas. Esperamos que cuando se concrete finalmente el Centro Cultural y Museo Mistraliano en la casa que la poeta habitara en Coquimbito, se destine un espacio para el reconocimiento de esta artista andina que la acompañó y amó y a quien Gabriela definió como “un alma hecha para admirar”
Luis González Reyes
Presidente Centro de Estudios Para Asuntos Docentes (CEPAD)