Opinión: «Los plancha de campos» por Felipe Caro

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Analista Político Internacional

Investigador John Glenn College of Public Affairs

The Ohio State University

La matemática sencilla nos indica que mil doscientos millones de pesos serían suficientes para poder cubrir doscientas cuarenta casas de emergencia de una buena calidad. También hemos sabido que alcanzaría para la compra de veintidós vehículos de alta gama Lexus. Son esas matemáticas las que tienen en el centro de la polémica a los jueces de la corte suprema en particular y al poder judicial en general, donde cunde una peligrosa rabia y desconcierto acerca de la real “vocación de servicio público” que manifiestan como un mantra los funcionarios de los tres poderes del Estado.

La detención del alcalde de Bulnes, Guillermo Yeber, por el caso Cuentas Corrientes además de las recientes declaraciones del ex alcalde de Vitacura Raúl “el tronco” Torrealba; nuevamente nos recuerdan los crecientes casos de corrupción y despilfarro de los recursos públicos en los Municipios de nuestro país. Aquí la vocación de servicio público también esta presente, como así también la peligrosa rabia y desconcierto. Nadie parece darse cuenta, no solo en el presente Gobierno, del tremendo desprestigio en el cual ha caído la gestión del Estado, en todos sus niveles, en todas sus instituciones y en todos sus poderes. Ni las policías se logran salvar, al salir a la luz la detención de dos funcionarios de la PDI que recibieron coimas de partes del llamado “Rey del Fuego Artificial” Domingo Jalil Allel, otrora socio del también conocido Parived en el caso “Relojes”. Todos estos acontecimientos, aun nadie se da cuenta de su gravedad.

En paralelo en la región de Valparaíso, 132 fallecidas y cientos de miles de pesos en pérdidas materiales son las horribles consecuencias del incendio en las comunas de Viña del mar, Quilpué y Villa Alemana. Según el Gobierno, se han dispuesto más de 400 funcionarios para el levantamiento de fichas, movilización de maquinaria pesada y entrega de bonos. Pero nuevamente, ese esfuerzo se ve ineficiente, lento y sobre burocratizado: ¿por qué?, porque la inmediatez de las redes sociales y el poder de convocatoria de gestión de Influencers como Naya Fácil y Makarena Becker han logrado llegar con ayudas instantáneas, donaciones de casas y por sobre todo la sensación que se está llegando a tiempo. En este proceso, el Diputado Diego Ibáñez se hizo presente para informar de la “gestión” de una media agua para unos vecinos, siendo duramente criticado por los voluntarios que se encontraban en el sector. Le preguntaron porque no compraba la media agua directamente con su sueldo, respondiendo que él no era Gobierno.

Y en respuesta a esta ayuda, la alcaldesa de Quilpué salió por redes a cuestionar la “logística” de dicha ayuda, siendo duramente critica por ello. La alcaldesa de Ripamonti se ha esforzado constante, y con el apoyo de su partido, de minimizar su responsabilidad en la no existencia de un plan de emergencia y un plan de evacuación debidamente actualizados y funcionales como es parte de su gestión. La fiscalía ha iniciado una investigación por este mismo caso.

Todos estos casos tienen en común, la falta profunda de una autocrítica de las autoridades y funcionarios públicos en general, donde demuestran un alarmante desapego con la realidad, con las aspiraciones, necesidades y angustias de la ciudadanía. Es ahí donde se abre un terreno fértil para populismos y proyectos autoritarios. Nadie lo ve venir y, por tanto, como dice el refrán popular hay muchas “Planchas de Campos” que deben enchufarse con urgencia a la realidad.

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