El que mata al compañero pierde la guerra, decía mi abuelo Citadini, cuando en un partido de bochas se impactaba la bocha del compañero de equipo y no la del adversario.
Es un poquito vergonzoso como se bajaron del buque antes de que se estrellara con el iceberg. Vendieron al “maestro” por unas monedas. ¿Díganme si estoy errado? Si un diputado pierde la elección deja de ganar por parte baja $ 400.000.000 de pesos en un período, sin contar una serie de regalías, y por supuesto una buena pensión para la vejez.
Pasaron la línea y llegaron a la parte roja donde fueron recibidos con los brazos abiertos.
En esa zona quieren hacer una acusación constitucional al presidente porque va utilizar un instrumento que la constitución le otorga. Otros quieren hacerlo por el manejo de la pandemia; creyendo que sólo nuestro país ha tenido dificultades para erradicar el bichito; tampoco les importa que se haya vacunado a más personas que en la mayoría de los países. ¿Qué hubiese pasado si los santiaguinos no se hubiesen ido de vacaciones? En Europa del Este cantaron victoria con la primera ola, ahora los contagios se han multiplicado y la situación es crítica. La narrativa de Franz Kafka es una alpargata al lado de lo que sucede en nuestro parlamento. Algunos quieren declarar interdicto al presidente. Él y Larroulet son los chivos expiatorios. Nadie sabe lo que dice o lo que piensa Larroulet, pero alguien tiene que ser colgado: Panet et Circum. ¿Qué va a suceder con la nueva constitución escrita por todas y todos, como se dice, si a los parlamentarios en algún momento no les gusta? ¿Quién nos puede asegurar que no la van a usar para otra cosa en un momento dado? Porque a fin de cuentas lo que reina en el país es un estado de ánimo, no un ideal. Fantaseemos: vamos gastando todos los fondos de la AFP. Llega un Chávez, va expropiando todo en nombre del pueblo, mejor no sigo. Digo leseras, hace veinte años pensábamos que el narcotráfico y el terrorismo estilo Colombia no llegaría a nuestro país; ahora está bien instalado y nuestros políticos no se ponen de acuerdo, al menos para neutralizarlo.
Como estamos en una sociedad intolerable a la frustración, el estallido es la metáfora de la pataleta. Una candidata dijo que el país no soportaría otro gobierno de derecha. Se puede interpretar como si no se respetaría el resultado electoral democrático. A muchos candidatos les produce frustración no poder verse con la banda en el pecho. Hasta en la derecha amenazan con el estallido si no se hace lo que quieren los parlamentarios. Puesto que amenazan con el estallido, ¿tienen los partidos un estrecho vínculo con los que queman buses, saquean y destruyen?, ¿son sus barras bravas? ¿Cuántos de los que están haciendo desmanes se van a inscribir para el tercer retiro?
Es cierto, quién no quiere recibir dinero así de fácil, su propio dinero, no se lo ha robado a nadie. Pero si cuando comenzamos a cotizar nos hubieran dicho, qué prefiere, que le demos el dinero o que lo ponga en un fondo de pensiones. Cuántos de los que hubiesen elegido la primera opción hubiesen llegado a tener más dinero del que le logró sumar la AFP, y a cuántos que eligieron la misma opción, el dinero se le hubiese ido, “como el agua entre los dedos”. Eso no quita que las pensiones sean bajas, porque las cotizaciones son bajas y porque el estado no se pone lo suficiente, aunque la rentabilidad de las AFP es bastante buena. Muchos compatriotas lo están pasando mal y necesitan dinero; pero hay algunos que también van a cambiar su cacharrito por un Suv 4×4 full equipo con los fondos, lo que no tiene nada de malo, por lo demás. Es más o menos lo que dice Mario Marcel, un socialista de tomo y lomo.
También en cierto que el gobierno ha llegado un poco tarde y medio enredado con las ayudas, pero es parte de nuestra burocracia ancestral, no creo que Madame Bachelet o Monsieur Guiller lo hubiesen hecho mejor. No somos ni suizos ni coreanos del sur. Nos damos de perros lanudos y somos tan callampines como nuestros vecinos. Con esta pandemia los gobiernos han ido haciendo “camino al andar”.
En el tiempo de nuestros abuelos éramos más pobres pero la vida era más tranquila y teníamos más tolerancia a la frustración.
Por último quiero compartir con ustedes, amigos lectores, algo que encontré escrito en la calle:
Tu religión no importa (tampoco tu ideología)
esfuérzate en ser una buena persona y sonríe,
mañana te puede faltar un diente,
buen día.